Entrevista íntima de Miguel “Nacho” Mendoza con Irrael Gómez

“Conversaciones que no se publican” es el irónico título de la entrevista que publica el venezolano Irrael Gómez, autoproclamado marketing transgresor de las redes sociales, junto al cantante venezolano Miguel Ignacio Mendoza, mejor conocido como Nacho. La informal entrevista fue grabada el 28 de mayo, desde el garaje del hogar del cantante, en Miami.

En la descripción de la entrevista a Nacho aparecen unos pequeños créditos en los que se puede apreciar el “guión” escrito por el mismo Irrael y la dirección y edición a cargo de Alejandro “Neg” Barrera. Lo que extraña a la vista es que hayan elegido colocar en los créditos “guión” en lugar de “entrevistador”, ya que un guión podría interpretarse como que el contenido de la entrevista ya estaba escrito o pautado entre las partes, cosa que sería contradictoria con la imagen de la entrevista que parece mostrar a los dos participantes teniendo una amena conversación informal en un garage tomando vino en vasos de mayonesa.

Uno de los momentos más interesantes de la entrevista es cuando se le pregunta a Nacho si haría política, cuya respuestas lo muestran bastante alejado de esa idea, aunque no se cohibió en manifestar su amor frente a ambos bandos (opositores y chavistas), muy a pesar de la división actual política tan radical que sufre la población venezolana.

Por útlimo, un silencio incómodo se adueña de escena cuando le preguntan a Nacho si extraña a Chyno Miranda o a la agrupación que tenían como dueto. A lo que respondió manifestando su cariño a su excompañero y dejando claro que recuerda esa etapa de su vida con cariño pero no desea volver a ella.

Acerca de la estrategia publicitaria del Marketing Transgresor:

Marketing Transgresor, que en español se traducir;ia como “transgresor de mercadeo”, se refiere al hecho de quebrantar, violar un precepto, ley o estatuto establecido dentro de la sociedad del mercado con el objetivo de romper paradigmas, estereotipos o sencillamente impresionar de tal manera a la audiencia de una forma tal que no puedan olvidar el contenido del mensaje.

Esta estrategia de mercadeo puede llegar a ser sugerente pero en realidad no establece en ningún momento que aquello que se transmite o divulga deba necesariamente ser considerado escandaloso, obsceno o inmoral.