Reseña de “El Contador 2”: Más balas, más cálculos y un vínculo fraternal inesperado

En El Contador 2, Ben Affleck regresa como Christian Wolff, el enigmático contador con habilidades de combate tan precisas como sus cálculos. La secuela apuesta por una expansión del universo presentado en la primera entrega, centrándose ahora en la relación entre Christian y su hermano Brax, interpretado por Jon Bernthal, lo que añade un nuevo matiz emocional a la historia.
A diferencia de su predecesora, esta entrega mezcla el thriller de acción con momentos más personales, en los que se explora la carga emocional y los vínculos familiares que definen a los protagonistas. Aunque sigue habiendo balas, peleas coreografiadas y tensión, hay una intención clara de humanizar más a Christian, mostrando cómo su manera de ver el mundo afecta tanto su trabajo como sus relaciones personales.
Las secuencias de acción están bien ejecutadas, con un ritmo fluido que mantiene el interés sin caer en el exceso. Visualmente, la película mantiene una estética sobria pero eficaz, lo que permite que los momentos más intensos se destaquen sin necesidad de recurrir a efectos exagerados.
El mayor acierto de la cinta es la dinámica entre Affleck y Bernthal, quienes logran transmitir una conexión creíble entre hermanos marcados por un pasado complejo. Sin embargo, el guion a veces tropieza al intentar equilibrar el desarrollo de personajes con una trama policial que, por momentos, se siente más mecánica que orgánica.
En conclusión, El Contador 2 es una secuela sólida que sabe jugar con los elementos que hicieron destacar la primera película, mientras intenta, con resultados mixtos, darle más profundidad a sus protagonistas. Para los fans del original, es una continuación satisfactoria. Para los nuevos espectadores, ofrece acción y un protagonista fuera de lo común que vale la pena descubrir.
