Reseña de “Sonríe 2”: El terror se masifica

“Sonríe 2”, la esperada secuela de la exitosa película de terror psicológico de Parker Finn, mantiene el inquietante ritmo de su predecesora y eleva el nivel de tensión con una trama que, aunque familiar, sigue siendo efectiva. En esta ocasión, la historia gira en torno a Skye Riley (interpretada por Naomi Scott), una estrella pop global que comienza a experimentar sucesos aterradores mientras se prepara para su nuevo tour mundial. La idea de que una simple sonrisa pueda convertirse en una señal de terror sigue funcionando de manera brillante, logrando que incluso lo más cotidiano se sienta profundamente perturbador.

Uno de los aspectos más destacados de la película es el casting de Naomi Scott. Su interpretación es impresionante, logrando proyectar con convicción la compleja mezcla de vulnerabilidad, neurosis y miedo que su personaje requiere. Skye es un personaje cargado de traumas personales y presiones de la fama, lo que permite a Scott lucirse en un papel que exige tanto intensidad emocional como carisma. La actriz logra equilibrar a la perfección la fragilidad y fortaleza interna de Skye, en una actuación que atrapa al espectador de principio a fin.

Sin embargo, la película flaquea en su acto final. El desenlace revela que las dos horas que el espectador acaba de presenciar fueron una ilusión, producto de la mente de la cantante mientras actuaba en su concierto, lo que resulta ser un giro inesperado, pero decepcionante. Este tipo de cierre, donde se sugiere que nada de lo visto realmente sucedió, deja una sensación de vacío. Aunque es un recurso utilizado para sorprender, aquí se siente como un ejemplo de “lazy writing”, donde se desaprovecha el potencial de la historia que, hasta ese punto, había sido tensa y absorbente.

A pesar de este tropiezo narrativo, la película deja sembrada la expectativa de una posible tercera entrega. El intrigante final, donde un concierto entero es testigo de la muerte de la cantante, abre la puerta a preguntas que los fanáticos querrán ver resueltas: ¿ahora todos los presentes en el concierto están poseídos? Este planteamiento sugiere que, si la franquicia continúa, podríamos estar ante una nueva dimensión del terror masivo. Solo queda esperar que la próxima entrega explore este concepto con más cuidado y evite caer en los mismos errores de escritura.

En conclusión, “Sonríe 2” ofrece una experiencia aterradora con momentos de gran tensión, respaldada por una sólida actuación de Naomi Scott, pero su desenlace podría dejar a algunos espectadores con la sensación de que se optó por una salida fácil. Con todo, es un filme que, a pesar de sus fallas, sigue manteniendo el interés en la franquicia y plantea preguntas intrigantes para el futuro.

