Reseña de “Rápidos y Furiosos: Hobbs & Shaw”, los Bud Spencer y Terence Hill del 2019

“Hobbs & Shaw” es el primer spinoff que recién ha estrenado Universal Pictures de la exitosa saga de “Rápidos y Furiosos”. Sinceramente, yo he asistido a la proyección de prensa con bajas expectativas acerca de esta película, ya que “Rapidos y Furiosos 8” no me dejó buenas vibras, pero para mi sorpresa “Hobbs & Shaw” logró mantenerme bastante entretenido con acción desbordante y chistes desde el principio hasta el final del film. A continuación, mis impresiones de la película (advertencia de spoilers).

Yendo directo al grano, lo que hace mucho mejor este spinoff con respecto a la octava entrega de la saga de “Rapidos y Furiosos”, es que “Hobbs & Shaw” no se toma en serio desde un principio. No es una película en la que el director, David Leitch, haya pretendido grandes ambiciones con la trama y las actuaciones, y eso se agradece, porque precisamente el fuerte de este tipo de películas de acción desbordante y química entre personajes es el entretenimiento per se, lograr situaciones improbables y resolverlas de formas inimaginables, sin estar pretendiendo dar una explicación científica del asunto.

El mejor acierto de la película es la comedia en la relación de odio y bromance entre los protagonistas Jason Statham como Shaw y Dwayne Johnson como Hobbs. La dinámica en es duo logra darnos grandes momentos de acción y risas, que de alguna manera me hicieron recordar al duo de actores italianos Bud Spencer y Terence Hill que se hicieron famosos en los clásicos de acción y comedia de los años 1970.

En las películas de los icónicos roles de Spencer y Hill jugaban precisamente con una dinámica entre un personaje de fuerza bruta exagerada interpretado por Bud y otro más astuto, ágil y manipulador personificado por Terence. Es posible que Leitch haya querido traernos de vuelta a la gran pantalla esas divertidas emociones, convirtiendo a Johnson y Statham en los Spencer y Hill del 2019.

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Por supuesto, la película también tiene sus cosas malas. Irónicamente, fue justo cuando la trama comenzó a dejar de ser Hobbs & Shaw, para parecerse más a lo que hemos visto de Rápidos y Furiosos, cuando sentí que hubo un bajón de ritmo en la película. Esto ocurrió básicamente en el tercer acto del film, cuando la trama se centra en Samoa y nos envuelven en una guerra que termina con una persecución absurda de camiones viejos con nitro “pescando” un helicóptero…

En cuanto a las actuaciones, no hay mucho que decir. Dwayne Johnson termina actuando como “La Roca” y no como Hobbs, mientras que Jason Statham continúa siendo el hombre astuto y parte traseros que ya hemos conocido en todos sus otras películas.

Idris Elba hace un buen trabajo como Brixton, el arrogante “Superman negro” antagonista de la película. Sin embargo, me parece que la mejor interpretación se la lleva Vanessa Kirby como Hattie (hermana de Shaw), un entrañable personaje absolutamente badass, pero que no pierde ese encanto de mujer que la tendencia actual de empoderamiento femenino ha querido eliminar con tanto ímpetu en los proyectos más recientes de Hollywood.

En conclusión, fuera de ese tercer acto que marca la debilidad de la entrega, me parece que “Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw” es una película súmamente ligera y con una trama ridícula que termina siendo el trampolín necesario para darnos grandes escenas de acción que te mantendrán entretenido y/o riendo sin pretender convertirse en nada más que eso.

Quizá para muchos eso sea una pérdida de tiempo, pero yo creo que muchas veces estamos de ánimos para sentarnos a comer cotufas y ver cosas increíbles y tontamente divertidas, sin estar buscándole la justificación científica a todo, sólo viendo una película por entretenimiento, así como quien se monta en una montaña rusa para sentir la descarga de adrenalina. Con seguridad veremos más de Hobbs & Shaw, ya veremos a dónde nos llevarán con una próxima entrega.