¿Qué está pasando con el derecho a la privacidad?

Parece ser un tema cada vez más controversial este del derecho a la privacidad, ahora que hay un estallido de las redes sociales y los servicios de internet han evolucionado lo suficiente como para mostrarnos cada calle del mundo en detalle, es inevitable preguntarse dónde comienza y termina el derecho a la privacidad, si es que todavía existe. Don’t be evil (no seas malvado), es el eslogan informal corporativo de Google, pero cada vez se les hace más difícil a estas grandes empresas no parecer maliciosas.

Lo primero que me viene a la mente es que la gente es muy ingenua con respecto a internet. En la calle podría llegar cualquier persona repentinamente a preguntarles cómo se llaman, dónde viven, si tienen pareja o no, y lo más común es que ignorarían a tal individuo tan “metiche”, o incluso podrían llegar a sentir temor y alejarse rápidamente, o quizá los más agresivos insultarían al “acosador”. Pero, basta que lo pregunte Facebook, Google o Twitter y la mayoría sale dando el mayor lujo de detalles de sus vidas.

Estas grandes empresas de redes sociales viven enfrentando demandas por invasión de la privacidad. Gracias a quejas del gobierno Alemán, Google Street View ha tenido que implementar un efecto blur en ciertas localizaciones para no mostrar placas de vehículos, rostros o viviendas.

No importan cuántos problemas hayan tenido, los servicios se mantienen online. Podemos ver cada vez con más frecuencia los vehículos de Google Maps Street View en las calles, y Facebook crece desmedidamente a cada minuto.

Facebook por su parte ha tenido que actualizar su sistema de manejo de privacidad incontables veces y sigue siendo pésimo. Hasta el mismo Julian Assange ha afirmado públicamente que “Facebook en particular es la máquina espía más temible que jamás se haya inventado”.

La cuestión es, ¿debemos confiar nuestros datos a estas empresas? ¿No son estas empresas igual que cualquier individuo que nos pare repentinamente en la calle a preguntarnos cosas íntimas de nuestra vida? Al fin y a cabo detrás de Facebook, Google y Twitter hay personas y no robots. ¿No es delicado que sepan tanto de nosotros?

Eric Schmidt, CEO de Google hasta el 4 de abril de 2011, intentó escudarse alegando que “si hay algo que haces que no quieres que nadie se entere, es probable que no deberías estarlo haciendo en primera instancia”. ¿Qué tan cierto es esto?

Sabemos que incluso el crimen organizado puede valerse de estos medios para estudiar a sus víctimas y elegir libremente a quién les convendría robar, secuestrar, extorsionar, etc.

También es prácticamente un hecho que las agencias de inteligencia de los Estados Unidos y de otros países investigan las comunicaciones y datos de las grandes redes sociales.

¿A dónde nos está llevando este camino? Google por ejemplo, está en nuestras computadoras, en nuestras relaciones sociales, en nuestros celulares, en nuestras calles, en nuestras compras, incluso financian investigaciones del ADN… Google está en todas partes, es omnipresente en nuestras vidas. ¿Es esto una idea inquietante?

Lo cierto es que la lucha por el derecho a la privacidad pareciera estar perdiendo fuerza y la balanza se inclina poco a poco a una vida literalmente pública para todos. Ya existen empresas que solicitan tu perfil de Facebook junto con tu información curricular antes de darte empleo…

Es altamente probable que en un futuro ya nuestra identificación sea un carnet digital de Facebook que guardamos en nuestra “Android Wallet” que obviamente también usaremos para pagar por nuestras compras porque estará conectada a nuestra cuenta bancaria, ¡ah! y por supuesto nos seguirá sirviendo para llamar, después de todo seguirá siendo un teléfono, ¿no?.

Hace poco hice un review del Nintendo 3DS, y entre una de sus nuevas aplicaciones está una llamada Street Pass, una comunidad virtual que se va llenando con los avatares Mii de las personas que nos crucemos en nuestro camino diariamente (mientras tengamos el 3DS en el bolsillo con el Street Pass activo). Esto me llamó la atención, porque creo que puede ser una de las próximas cosas que comencemos a ver en nuestros smartphones. Puede que dentro de poco ya no necesitemos intercambiar tarjetas de negocio, ni estarnos pidiendo el correo o el número de teléfono.

Seguramente llegaremos a casa y tendremos en nuestro teléfono un listado de todas las personas que nos topamos durante el día (dentro de cierto radio de distancia). Podríamos saber instantáneamente el teléfono, email, dirección, profesión, facebook, twitter, y más, de esa chica que nos gustó en la parada de la esquina a la que nos acercamos disimuladamente para conocerla. También podríamos saber si camino a la oficina nos topamos con algún plomero que nos ayude a reparar la gotera en la cocina.

En fin, podría ser de gran utilidad implementar esta tecnología. Pero, ¿no es la misma tecnología al alcance de personas con intenciones menos inocentes que las de nosotros? En caso que esto llegue a hacerse realidad, habría que ser bien sabio en determinar qué información compartir, así como también exigir que haya algún tipo de confirmación antes de compartir estos datos con una persona recién conocida.

Lo importante es pensar un poco acerca de lo que está ocurriendo, dejar de ser ingenuos. Aceptar que hay gran valor en el manejo de nuestra información privada. Si no me creen, entonces, ¿cómo es que estas son empresas multimillonarias? Es porque sus ingresos provienen de la publicidad, ellos necesitan saber quiénes somos, qué hacemos, con quiénes lo hacemos y qué nos gusta, para poder seguir generando ganancias. Un dinero del que ningún usuario regular de Facebook, Google o Twitter se beneficia directamente.

Aquí les dejo mis 2 centavos, espero que les sean útiles para sacar sus propias conclusiones al respecto. Y no se vayan sin antes dejarnos en comentarios ¿Qué piensan acerca de todo esto? ¿Realmente se preocupan estas personas de estas grandes empresas por nuestra privacidad?

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